Óscar Hosmann tuvo que constatar lesiones en el Hospital Regional de la ciudad penquista.
El inspector Óscar Hosmann, quien trabaja desde hace 20 años en el Liceo Andalién A-34 de Concepción, se siente humillado y defraudado. La semana pasada, mientras reemplazaba al director del establecimiento, fue agredido con una feroz patada en el estómago por un apoderado de Primero Medio. El descontrolado padre estaba enfurecido por haber sido citado al colegio para conversar sobre la mala conducta de su hija.
"Fue una experiencia muy desagradable", cuenta el amargado inspector, de 55 años. "Tuve que llamar a los apoderados porque le faltaron el respeto a una profesora y eso no se puede tolerar. Los otros papás entendieron la situación, pero este señor llegó de mal humor, me insultó y garabateó", explica.
La situación se escaparía de las manos cuando el educador le exigió al apoderado que, debido a su lenguaje soez, se retirara del colegio. "Entonces, me sacó la madre. Yo le dije que iba a llamar a Carabineros. Me respondió: llama a Carabineros poh desgraciado. No me importa lo que le pase a mi hija, pero yo voy a ir a tu casa y te voy a sacar la cresta. Luego, me dio una patada", agrega el educador con comprensible estupor.
El Liceo Andalién de Concepción recibe a mil 240 alumnos y la mayoría vive en la periferia de la ciudad. El establecimiento cuenta con jornada escolar completa y esta es la primera vez que uno de los funcionarios es agredido por un apoderado.
Óscar Hosmann hizo una denuncia ante Carabineros de Concepción y constató lesiones en el Hospital Regional. "Estoy esperando que la fiscalía me contacte porque no quiero que este hecho quede impune. Voy a realizar una demanda por daños y perjuicios morales. Imagínese que ahora los alumnos les dicen a los profesores que van a llamar al papá de esta niña para que los atrinque", finaliza anonadado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario